El crecimiento ha sido abordado desde diversos puntos. Según Penrose (1962, p. 3), el crecimiento se enmarca entre el aumento de la cantidad y aumento de la dimensión, lo considera como un proceso que ocurre en el momento en que las condiciones sean favorables, a causa de la propia naturaleza del "organismo". El crecimiento es un índice del desempeño económico dinámico de la empresa que permite medir su capacidad de ampliar la gama de oportunidades comerciales y técnicas (Sallenave, 1985). El crecimiento también hace referencia al desarrollo que alcanza la empresa (Bueno Campos, 1944) y a la expansión que realiza hacia nuevos mercados tanto geográficos como de clientes (Canals, 2001).
La globalización de la economía conduce a aumentar la presencia de empresas en los mercados internacionales, con lo cual surge así otro escenario para el crecimiento. Las tendencias globales indican el establecimiento de un nuevo orden para las empresas. En este nuevo contexto surgen condiciones particulares que requieren ser manejadas a través de diversos tipos de estrategias. Las estrategias de internacionalización llegan a ser un medio de crecimiento que interpreta esas condiciones facilitando la entrada a los mercados extranjeros y garantizan el desarrollo de la actividad empresarial sin mayores contratiempos. Además, propenden por conservar la presencia de la empresa en el país anfitrión y mantener la competitividad que le permita seguir creciendo.
ESTRATEGIA GLOBAL
Con este tipo de estrategia el enfoque estratégico competitivo utilizado es igual en todos los mercados donde la compañía tiene presencia, pero con una orientación especial hacia las estrategias genéricas. La estrategia global está orientada al mercado mundial, busca una ventaja competitiva al capitalizar las economías asociadas con el diseño de productos estandarizados, producción en escala global y control centralizado de las operaciones mundiales.
Existen diversas opciones para alcanzar el crecimiento en un entorno global, cuales son las iniciativas que plantean una entrada exitosa, proponen cambios para avanzar y llevan a alcanzar resultados positivos.
Exportación: es la forma más convencional de comercio internacional de productos básicos, materias primas, productos alimenticios, algunos servicios y productos manufacturados. Según Lamb et ál. (2006, p.123), la exportación hace referencia a la venta de bienes de producción nacional a compradores que están en otro país. Exportar es la mejor opción de acomodo para las empresas que deciden ingresar a mercados extranjeros por primera vez. Muchas empresas dan sus primeros pasos en el desarrollo internacional mediante la exportación, tal predilección según Sallenave (1985, p. 245) está conectada especialmente con las pocas exigencias que se hacen para llevarla a cabo.
La inversión directa: es una forma de entrar a operar en el mercado extranjero que consiste en que algunas empresas recompran a su socio extranjero o hacen una inversión directa en una filial extranjera, ya sea de fabricación o de distribución (Sallenave, 1985). Según Bradley (2006), la empresa que invierte en el extranjero transmite capital, iniciativa, tecnología o cualquier conocimiento productivo en el contexto específico de un sector. La inversión directa involucra una obligación de capital considerable y la transferencia de recursos de todo tipo.
CONCLUSIONES
Las condiciones de crisis en que se encuentran actualmente las empresas las ha llevado a intensificar la búsqueda de nuevas alternativas que les permita crecer y consolidarse. Para aquellas empresas que deciden crecer a través de la conquista de nuevos mercados en el extranjero la globalización se constituye en un medio que les proporciona el espacio, les fija las condiciones y las compromete a trascender a un plano donde las transformaciones y los cambios se hacen inminentes. El desarrollo de nuevas capacidades, el fortalecimiento de las ya existentes, el avance en los procesos de aprendizaje y el perfeccionamiento de una visión global llevan a la empresa a comprometer mayores recursos con el objetivo de alcanzar adecuados niveles de adaptación y de competitividad que les permita interpretar el mundo y las aproxime a selección de opciones estratégicas ajustables a las circunstancias que minimicen el riesgo y las lleve a obtener cifras positivas de crecimiento. En este contexto se puede concluir que la apertura de fronteras y las aspiraciones orientadas al crecimiento de las empresas se articulan en la promoción de la dinámica del sistema global donde surgen nuevas posibilidades de participación y las opciones para el desarrollo de nuevos mercados.
Las empresas pueden elegir entre dos tipos de estrategias para salir a los mercados extranjeros: la estrategia global y la estrategia internacional, la elección dependerá de las condiciones externas e internas y de las características de cada iniciativa; sin embargo, los dos tipos de estrategia tienden a favorecer el crecimiento de la empresa. Con la estrategia global, la empresa gana en costos y se abarca mayor mercado, por un lado; pero el proceso de reconocimiento del producto o servicio es más lento. La estrategia internacional puede ser más costosa por la adaptación; no obstante, aumenta la probabilidad de éxito. En definitiva no se puede determinar cuál estrategia es la más conveniente ya que cada caso tiene un manejo particular y los resultados quedan sujetos a numerosas variables de tipo económico, social, cultural, político, legal, demográfico, incluso a la clase de respuesta del país anfitrión, a la naturaleza y tamaño de la empresa, a la clase de producto o servicio que se ofrece, al mercado al cual va dirigido el producto o servicio y al alcance de la pauta publicitaria, entre otros. La empresa cuenta con innumerables opciones estratégicas que deben ser ajustadas y adaptadas a cada situación, a fin de garantizar el éxito en la búsqueda del crecimiento de la empresa en el exterior.
REFERENCIA
http://rcientificas.uninorte.edu.co/index.php/pensamiento/article/view/1025/4971